miércoles, 7 de octubre de 2009

Ahí va la libertad

Le dije al viento al oído que me lleve a cualquier lugar,
le grité a la música que sea mi amiga y que no me vaya a dejar,
le jugué una partida a la vida y todavía no se la pude ganar,
toqué una canción dedicada al cielo pero no la pudo escuchar,
caminé por una ruta perdida y desemboqué en un talar,
dormí en una carpa, en un micro y en un hotel sin vista al mar,
disparé con un arma plateada y la policía me vino a buscar,
robé un banco de esperanza y todavía no me pudieron hallar,
me tomé un vodka y tres tequilas y no me dejaron pagar,
salí temprano a dar una vuelta y tropecé sin caminar,
sos una flor, un beso robado y un acertijo pa descifrar,
una nube en el firmamamento que no para de naufragar,
un tornado de locura no me deja descansar,
dos guitarras y un saxo alto no paran de sonar,
está vez la luz del día no nos puede encontrar,
en esta noche sin destino hasta el mudo puede cantar,
un “Blackbird” en la puerta no nos deja de mirar,
toquemos escalas gitanas y que nadie pare de bailar,
vi a un ángel borracho tirado en un altar,
el diablo lo llevó a su casa y se fueron sin saludar,
el deseo es un secreto que la legalidad quiere asfixiar,
quiero sonrisas del alma y que un sueño vuelva a vibrar,
cada uno tiene un anhelo y alguna tierra pa conquistar,
hay personas y recuerdos que nunca vamos a olvidar,
que el azar sea la brújula que siempre guíe el andar,
existen piedras en el camino pero tarde temprano vamo a llegar,
agradezco no guardarme nada y siempre hablar y no callar,
para esta mente no hay fronteras ni calles con final,
la rutina es un puñal que lastima sin tocar,
solo quiero que cuando me miren digan ahí va la libertad.
Sebastián Koutsovitis.

martes, 6 de octubre de 2009

Nada de Combate

Hace un par de días que me dio el toque romántico,
estoy mas que podrido, estoy que me atraganto,
la melancolía nunca fue buena parte de mi rutina,
pero estaba en un valle sin sol con insulina,
como una montaña rusa, todos tenemos altibajos,
en la primera que pueda saco pasaje y me rajo,
pienso que Londres sería un excelente destino
pero me voy para Rosario a tomarme uno vinos,
una piba en la calle tenía un coma alcohólico
y ese trueno que se escucha tiene algo diabólico,
nose si pensar si la verdad se hizo mentira,
mejor no pienso mas y dejo que salga mi ira,
la muerte acorraló a Mercedes Sosa,
se nos fue su voz, la vida no es color de rosas,
ahora todo el mundo va exponer sus obras,
son aves de rapiña, comen de las sobras,
se alimentan de nosotros que somos sudor y pueblo,
no existe oposición, transan y firman acuerdos,
estoy mas que podrido de ver mesas de debate,
puro bla bla bla, nada de combate,
habría que acercase y escupirlos en la cara,
con la misma saliva que saboreamos carne asada,
los platos están vacíos y la inflación sigue subiendo,
en la calle hay violencia, ya me estoy enfureciendo,
esto no es para el que tiene sino para el que nos roba,
para el que sube las tarifas y sin coger nos viola,
cualquier persona es tranquila hasta que revienta,
hoy reina la indiferencia aunque el futuro esté en venta.
Sebastián Koutsovitis.

domingo, 4 de octubre de 2009

Una bici y dos rosas

Había dos rosas tiradas en el suelo,
una mano las tomó y se las ofreció al cielo,
una se deshizo dejando pétalos sueltos
y la otra se conservó como cultivo de huerto.

Los pétalos formaron un sendero de sueños,
cada uno era un te quiero e infinitos anhelos,
la Luna fiel amante observó lo sucedido
y entre tanto encanto el silencio se hizo ruido.

Se escuchó un - Hola ¿cómo estás? - en medio de la calle,
todo improvisado, nada de eso que se ensaye,
una mirada hipnotizada no entendió lo que pasaba,
y sin embargo dijo – Bien – aunque estaba asustada.

Entre un ida y vuelta se fueron relajando
y entre tanto relax sus labios se estaban rozando,
él le dio la rosa que a ella la estaba esperando,
ella le dio los pétalos y juntos se fueron caminando.
Sebastián Koutsovitis.