La ciudad está dormida,
ansiosa y desmedida
solo quiere vernos despertar
y restarnos un día mas.
Ilusionados o con esperanza
de que todo cambiará
somos inocentes y maltratados
mientras avanza la frialdad.
Pero el tiempo no se cansa
y camina sin piedad
mientras la flor creciente
naufraga en esta realidad.
Algunos van solo con un rumbo
como hombres sin mundo
sin importar la existencia
de que hay otros a la par.
Todos piden, pocos dan
no me canso de observar,
no me canso de ladrar,
descanso solo en tu altar.
Oficinas, hospitales,
entidades estatales
trenes, subtes y bares,
extremas individualidades…
de la Ciudad de Buenos Aires
ansiosa y desmedida
solo quiere vernos despertar
y restarnos un día mas.
Ilusionados o con esperanza
de que todo cambiará
somos inocentes y maltratados
mientras avanza la frialdad.
Pero el tiempo no se cansa
y camina sin piedad
mientras la flor creciente
naufraga en esta realidad.
Algunos van solo con un rumbo
como hombres sin mundo
sin importar la existencia
de que hay otros a la par.
Todos piden, pocos dan
no me canso de observar,
no me canso de ladrar,
descanso solo en tu altar.
Oficinas, hospitales,
entidades estatales
trenes, subtes y bares,
extremas individualidades…
de la Ciudad de Buenos Aires
Maximus Lamelus – Sebastián Koutsovitis
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