lunes, 20 de julio de 2009

Rooma

Aprovecho la noche para atravesar tus murallas,
voy a entrar sin hacer ruido caminando por la playa,
creo que tus soldados están distraídos
y eso me hace pensar que quieren ser invadidos.
La luna llena me ilumina el camino a seguir,
tendré que ir muy despacio si quiero sobrevivir,
atacaré por agua, cielo y tierra,
desplegaré todo mi arsenal solo para tenerla.
Apenas entro tus guardias escuchan algunos ruidos,
es que mi corazón se exalta y no controla sus latidos,
el silencio se rompe con un grito de histeria
que retumba muy fuerte al iniciar la guerra.
Cae una lluvia de gotas que se impregnan en el suelo,
tienen un brillo especial porque son como lava hirviendo,
los cuerpos no dejan de transpirar en esta batalla,
las almas se hablan en un zumbido que estalla.
Solo estoy luchando con mi cuerpo y mi corazón,
mi espíritu solitario ha perdido la razón,
hoy soy el emperador en tu ciudad,
se que valió la pena luchar y pelear.
Todo lo que siento es felicidad y armonía,
es como un amanecer dentro de un nuevo día,
al llegar la mañana el viento acaricia las olas
y la espuma humedece mi cuerpo con Rooma.
Sebastián Koutsovitis.

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