domingo, 15 de febrero de 2009

Baby

Latentes besos sonrientes
en una noche de desvelo,
mejillas rozadas sobre mi piel
que reclama verte de nuevo.
La proa de mi cuerpo
apunta a la isla de tus labios,
pero el iceberg de tu boca
no quiere caer en pecado.
Amarte es muy fácil
despedirme es imposible,
tu curiosa risa de niña
es lo que te hace irresistible.
Baby por favor
no dudes de mis dichos,
camino por la cornisa
de tu sonrisa y tus caprichos.
En este mundo hostil
somos un segundo de vida,
es un honor de caballeros
soñar “contigo” todos los días.
La rosa de los vientos
recorre mis venas,
norte, sur, este, oeste,
todo termina en tus caderas.
Ojos caleidoscópicos
en cuadros terminados,
peleas en vano
de cuerpos transpirados.
Las lunas celosas
se empiezan a inquietar
cuando te empiezo acarciar,
y en mitad de la noche
empiezan a provocar,
maremotos de intranquilidad.
Con sus tsunamis
me intentan ahogar
pero como un Houdini
me logro escapar
y volvemos hacerlo
siempre sin freno
y sin mirar para atrás.

Sebastián Koutsovitis

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