domingo, 15 de febrero de 2009

Game Over

Fueron como pequeñas batallas
que mutaron en guerras,
cualquier roce era perfecto
para romper el silencio
acelerando el tiempo
para que el mar se mueva.
Tu mirada me quebraba,
yo era un frágil cristal,
la brillantina de la vida
ya se había desvanecido,
aunque no todo se había perdido
en este naufragio con dolor.
La luz del amor
se estaba exiliando,
los cuerpos olvidando
y solo me conformaba,
mirar fijo a la ventana
y pensar si es correcto
estar juntos en este momento.
¿ Dónde quedaron las burlas al paso de tiempo?
¿ ya se secaron los vidrios de nuestro cuarto?
si entre tanto y tanto
se te escapa un te amo,
como un acto reflejo
pero sin sentimiento.
Pero quizás no te satisfago,
quizás no soy el indicado,
no quiero ser visitante en mi cama
y abrazar a la almohada
mientras anestesio las heridas,
que abren tus reproches de todos los días.
Si siempre me ves quedado,
hoy te voy a sorprender,
me llevaré la TV
con la ayuda del portero,
no serán vacaciones de enero,
será un hasta luego
para nunca mas volver.
Cerraré fuerte la puerta
y me iré por el ascensor,
miraré al espejo
y no estarás a mi lado,
serás una imagen difusa
o una sombra del pasado.
Lamento haberte dejado
en este final anunciado
y no creo que me extrañen
las sábanas de tu habitación
ni tampoco tus oídos
cuando pongas mi canción.
Pero te aclaro algo,
esto no es una huida,
es tan solo una partida,
y quizás sin tus reproches,
no encontraba la salida.



Sebastián Koutsovitis.

3 comentarios:

  1. Los poetas, de acuerdo con su naturaleza, que es cabalmente una naturaleza de artistas, es decir, de hombres raros y excepcionales, no ensalzan siempre lo que merece ser ensalzado por todos los hombres, sino que prefieren lo que justo a ellos, en cuanto artistas, les parece bueno...
    (Friederich Nietzsche)

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